38596Vistas |  Me gusta

PENÍNSULA MITRE : Surfeando en el Fin del Mundo

 

Por Ricardo Bastida

Fotos © Gauchos del Mar

Recuerdo, que en una nota anterior de Surfista sobre los Gauchos del Mar (los hermanos Joaquín y Julián Azulay) el texto finalizaba con la siguiente frase:

“…Casualmente el momento de redacción de estas últimas frases coincide con la partida del vuelo de los Gauchos del Mar rumbo a la Tierra del Fuego. En esta oportunidad el viaje lo harán junto a un equipo integrado por diversos entusiastas  que recorrerán a pié gran parte de la costa de la isla grande de Tierra del Fuego durante varias semanas. Será una travesía muy exigente pero, seguramente, sabremos algo más sobre las posibilidades del surf en el extremo del Fin del Mundo. Así que a prepararse para dejar que estos auténticos Gauchos del Mar vuelvan a sorprendernos con otro de sus excelentes documentales. Que tengan muy buen viaje!”

Este nuevo proyecto fue completado exitosamente por estos inquietos surfistas. Sin duda no fue una empresa fácil pues tuvieron que recorrer alrededor de 400 km a través de rigurosos pero fascinantes paisajes, cuyas condiciones ambientales extremas hacen difícil transitarlo, incluso en pleno verano. Algo esperable, si tenemos en cuenta que el extremo austral de la Isla Grande de Tierra del Fuego es una especie de antesala del Continente Antártico, que regula gran parte del clima de las regiones más australes del Hemisferio Sur.

Gracias a esta nueva expedición, próximamente surfistas de Argentina y otras partes del mundo podrán disfrutar de un nuevo documental de los Gauchos del Mar.

Intuyo que será todo un éxito, como fueron los anteriores films. No en vano estos hermanos se han convertido en los documentalistas cinematográficos argentinos más premiados internacionalmente.

 

img-10-17-a-las-1-01-45-pm-copia

Afortunadamente ellos  “no se durmieron” en los merecidos laureles obtenidos y lo que es aun más importante “tampoco se la creyeron”. Hasta me animo a pensar que ni siquiera se tomaron el tiempo suficiente para disfrutar plenamente de estos importantes logros.

Su inquieto espíritu de surfistas y gran templanza los llevaron a otro desafío buscando nuevas olas en un territorio austral poco conocido y muy valioso por sus paisajes y biodiversidad. En suma, una expedición que como corolario final les hizo comprender que habían ingresado a extraordinarios ecosistemas cuya necesidad de conservación se convertiría en una de las principales enseñanzas del viaje y, seguramente, en uno de sus nuevos objetivos por su amor y respeto a la naturaleza.

Probablemente este nuevo emprendimiento cinematográfico pudo haber surgido cuando los Gauchos del Mar, volviendo de su viaje de Isla de los Estados, se enfrentaron con una extensa y misteriosa península que forma el vértice más oriental de la triangular Tierra del Fuego, designado como Península Mitre.
zash_9215

Volviendo a los Gauchos del Mar, el objetivo básico de su nueva expedición era llegar a pie hasta la Península Mitre, un valioso patrimonio natural que muy pocos conocen y que la provincia de Tierra del Fuego la ha declarado “Área de Circulación Restringida” para ayudar a su preservación. Se trata de un territorio de historias y leyendas atrapantes donde cientos de navíos, desde épocas remotas, vienen naufragando en sus costas, siendo muchos los vestigios que actualmente pueden encontrarse durante las recorridas costeras.

El primer tramo hacia la Península Mitre se puede hacer en vehículo pero sólo hasta donde termina la Ruta Provincial J que llega hasta el destacamento de la Prefectura de Moat y es allí donde terminan todos los caminos del Continente Sudamericano. Luego cientos de kilómetros deben se recorridos a pie atravesando infinidad de paisajes, cada uno de ellos con obstáculo diversos debido a la accidentada geografía de sus acantilados, montañas, densos bosques y extensos turbales.

Tanto durante el recorrido costero, como una vez llegados a la Península Mitre,  los hermanos Azulay esperaban poder surfear nuevas olas oceánicas y documentar todo el entorno virgen de esta alucinante región subantártica. Ello permitiría concretar un nuevo y  tercer documental de estos ecosistemas tan poco conocidos y mostrarnos las experiencias vividas, seguramente manteniendo el estilo cinematográfico y mensaje tan personal que caracteriza a estos cineastas.

Era evidente que ellos solos no podrían lograrlo, pero tuvieron la fortuna de conocer a Sergio Anselmino que ya había recorrido la Península Mitre unos diez años antes y en solitario. Sin embargo, surgió un problema… Sergio también tenía su proyecto personal pero era totalmente opuesto al de los Gauchos del Mar. Su idea era llegar hasta Alaska en bicicleta.

Finalmente lograron convencerlo de posponer su viaje a Alaska y, por su parte, Anselmino aceptó renunciar a su proyecto pues estaba convencido que este nuevo film serviría para que los organismos gubernamentales concretaran medidas efectivas para la conservación de esta valiosa región y, a su vez, el público y autoridades se concientizaran de la importancia de conservar este patrimonio natural costero de nuestro país.

Al equipo se sumó Silvio Ojeda, un amigo de viajes de Sergio, y también conocedor de las bellezas y los riesgos de esta zona de Tierra del Fuego.

En regiones de clima tan riguroso como el extremo austral de Tierra del Fuego, el equipaje a transportar de a pie suele ser uno de los factores limitantes. Si además del alimento, carpas, ropa y abrigos, elementos de seguridad, fotografía y filmación, trajes de surf, equipos para cargar baterías, etc., se deben transportar tablas de surf, el desplazamiento se complica notablemente. Unos pocos kilos de más en una compleja expedición pueden hacerla fracasar rotundamente…

  En este oportunidad la expedición llevó además tres tablas de Camarón Brujo, diseñadas especialmente (2 tablas de 6.0 pies y una 6.4 pies) y un tablón que tuvo que ser abandonado a los pocos días de iniciada la expedición en uno de los tantos momentos difíciles de la travesía.

Cada uno debía llevar un peso de alrededor de 35 kg más las tablas de surf que, con vientos que muchas veces pueden superar los 100 km/h, se convierten en una especie de  ancla terrestre que impiden el avance. También pueden actuar como velas de un navío difícil de dominar y en este caso la nave serían los cuerpos de los expedicionarios, quedando como frágiles hojas a merced del viento. En suma, las tablas no sólo pueden ser peligrosas en el agua si uno se descuida, también pueden serlo en tierra. Además había que cuidarlas mucho para cuando aparecieran las tan anheladas olas australes.

Parte de los víveres tuvieron que ser depositados en localidades clave del derrotero con el apoyo de un helicóptero, y cuando los víveres se agotaban se recurría a la técnica de los antiguos cazadores recolectores fueguinos: se pescaba y recogían mariscos y algas costeras. La consigna sería comer una vez por día.

De vez en cuando, al llegar a algún pequeño puesto o refugio habitado por un baquiano, también estaba el inesperado premio de comer bastante carne, casi siempre producto de la captura del importante ganado bagual que se oculta en muchos sectores de la isla.

Las condiciones de la travesía pueden ser muy variables en esta zona; en un mismo día -como suele decirse- se tienen las cuatro estaciones juntas. Así que el sol, la lluvia y la nieve fueron acompañando a los expedicionarios durante su búsqueda de nuevos lugares aptos para ingresar al mar y con buenas olas para poder surfear. También los viajeros tuvieron como compañeros de ruta a infinidad de aves, entre ellos el majestuoso cóndor, ágiles manadas de guanacos, zorros y elefantes marinos que sorprendidos observaban el ingreso de los surfistas al mar.

En esta intrincada geografía fueguina se puede pasar de terrenos costeros y amigables a escabrosos montes de más de 750 metros de altura que deben cruzarse con todo el pesado equipo sobre la espalda. También la marcha puede dificultarse al tener que cruzar intrincados bosques donde los árboles autóctonos, por sus extrañas formas, son fieles testigos de los fuertes vientos australes que predominan en estas latitudes. También deben cruzarse peligrosos ríos como el López que marca geográficamente la entrada a la Península Mitre.

En varios de los torrentosos ríos fueguinos que deben ser cruzados ya  han perdido su vida muchas personas. En el Río Sudamericano, cerca de Bahía San Valentín, Julián se accidentó seriamente en una de sus piernas siendo atendido de urgencia por sus compañeros y luego transportado hasta el destacamento de la Armada Argentina de Bahía Buen Suceso. Ante esta situación se planteaban tres opciones: llamar al helicóptero para que evacuaran a Julián o bien esperar durante 35 días hasta que llegara el buque de abastecimiento de la Armada. La mejor de ellas, pero totalmente incierta, era que la herida de Julián no empeorara y, poco a poco, pudiera rehabilitarse y no tener que suspenderse  la expedición.

Afortunadamente, gracias a los cuidados brindados por sus compañeros y a la tenacidad de Julián en su recuperación, después de una semana logró rehabilitarse e incluso llegar a surfear varios días después.

Por lo tanto la expedición continuó y de ahí se dirigieron a la Bahía Thetis donde funcionaba una antigua factoría de lobos marinos. Después siguieron  hasta la Estancia Policarpo y al llegar al Rancho Tres Amigos fueron sorprendidos por una fuerte nevada estival.

Sin embargo, fue precisamente en el día 52 de la travesía donde descubren una nueva ola, de excelente izquierda, que nunca habían surfeado en Argentina.

Las olas de algunos points de la Península Mitre son especiales y probablemente poco comparables con otras regiones. Muchas de estas olas rompen en zonas costeras donde se encuentran las praderas de cachiyuyos, unas algas gigantes de color pardo que pueden alcanzar decenas de metros de largo y que no sólo son frecuentes en Tierra del Fuego sino también en la costa patagónica.

Ante esta nueva ola nadie quería moverse del sitio, hasta que finalmente se terminaron los víveres, pese a que aun quedaba por recorrer a pie más de 70 km para dar por finalizada la expedición.

Todo esto que acabo de relatar resumidamente, y mucho más, lo podremos apreciar detalladamente en el próximo film de los Gauchos del Mar que se estima será estrenado en pocas semanas en California en el ¨The Newport Beach Film Festival¨. Luego se presentará en Buenos Aires, Mar del Plata y otras ciudades de la Argentina.

Si bien conozco diversas zonas de Tierra del Fuego tanto de superficie como de sus fondos marinos, nunca pude llegar hasta la Península Mitre. Pero por los relatos e imágenes vistas estoy convencido que es un sector de nuestro territorio que merece y debe ser totalmente protegido, tanto por su diversidad biológica como por sus bellezas paisajísticas.

Afortunadamente han surgido por parte de funcionarios, instituciones científicas y movimientos ciudadanos, acciones para que se generen las leyes necesarias para proteger efectivamente estos espacios naturales para las futuras generaciones.

Sin duda el nuevo film de los Gauchos del Mar será un elemento fundamental para potenciar los diversos proyectos de conservación de la Península Mitre que se han presentado en los últimos años. Pero para ello es necesario seguir concientizando a todos nuestros ciudadanos y gobernantes.

Estoy seguro que este nuevo film de Joaquín y Julián Azulay también contribuirá a alcanzar dicho objetivo.

Asimismo los lectores de Surfista comprenderán la importancia de la conservación de este patrimonio natural e histórico que constituye la Península Mitre en el Fin del Mundo.

julian-e-joaquim-azulay-felipe-felizardo0001

_______________________________________________________________________

A continuación se detallan los premios obtenidos por los films realizados anteriormente por los Gauchos del Mar

Premios por Producción y Dirección del film “GAUCHOS DEL MAR”

  • – SURFING THE AMERICAN PACIFIC” en Festivales Internacionales
  • – BEST FEATURE FILM at the Surfilm Festival San Sebastián, Spain (Audience Award).
  • – BEST FEATURE FILM at the Surfilm Festival San Sebastián, Spain (Youth Jury Award).
  • – BEST FEATURE FILM at the Surf Film Festival Anglet, France (Official Jury)
  • – BEST FEATURE FILM at the Mimpi Film Festival Porto Alegre, Brasil (Official Jury).
  • – BEST INTERNATIONAL DOCUMENTARY  at the X-Life Film Festival Virginia, USA.
  • – PEOPLE´S CHOICE AWARD at the Munich Surf & Skate Film Festival, Germany.
  • – HONORABLE MENTION at the San Diego Surf Film Festival, USA.
  • – MOST ORIGINAL STORY at the Mimpi Film Festival Porto Alegre, Brasil.
  • – PEOPLE´S CHOICE AWARD at the Cologne Surf Film Festival, Germany.

Premios por Produccion y Direccion del film “TIERRA DE PATAGONES” en Festivales Internacionales:

  • –  BEST ACTION SPORTS FILM AUDIENCE AWARD at the Newport Beach Film Festival, California.
  • –  BEST FEATURE FILM at the San Diego Surf Film Festival.
  • – SPIRIT OF THE FESTIVAL AWARD at the Barcelona Surf Film Festival
  • – BEST FILM AUDIENCE AWARD at the Anglet International Surf Film Festival, France.
  • – SUSTAINABLE BEST AWARD at the Portuguese Surf Film Festival.
  • – BEST FEATURE FILM AUDIENCE AWARD at the Surf & Skate Festival in Hamburg.
  • – BEST CINEMATOGRAPHY at the Nord Nordost Surf Film Festival in Berlin.
  • – BEST FEATURE FILM at the Santa Cruz Surf Film Festival.
  • – BEST FILM at the London Surf Film Festival.
  • – BEST SOUNDTRACK at the Mimpi Film Festival, Rio de Janeiro – Brazil
  • – BEST FILM at the Mimpi Film Festival, Rio de Janeiro – Brazil
  • – BEST SOUNDTRACK at the Sidney Surf Film Festival, Australia.
  • – BEST FILM at the Waimea Ocean Film Festival, Hawaii.
  • – SPIRIT OF THE FESTIVAL AWARD at the Bells Beach Surf Film Festival, Australia.
  • – BEST FILM AWARD at the Wavescape Film Festival, South Africa.
  • – BEST CINEMATOGRAPHY AWARD at the Wavescape Film Festival, South Africa.
  • – OLYMPIC SPIRIT AWARD at the FICTS Buenos Aires, Argentina.
  • – OLYMPIC SPIRIT AWARD at the 33rd FICTS Festival Milano (ExSports Movie &TV)
  • – HONORABLE MENTION at the FIFE FILM FESTIVAL in Rio de Janeiro, Brazil.
  • – BEST FILM AUDIENCE AWARD at the FIFE FILM FESTIVAL in Rio de Janeiro, Brazil.